Por Juan Ignacio Roldán Nieva

Hoy nos toca hablar un poco de lo que se suele denominar como “Composición Fotográfica”. Este concepto, más allá de lo que a simple lectura parece obvio, encierra sin embargo, unas de las variables técnicas más importantes y determinantes en la fotografía junto con la iluminación, la escena y el encuadre.
En definitiva, la composición no es otra cosa que saber cómo ubicar correctamente los elementos u objetos pertenecientes a la toma dentro de nuestro encuadre previamente determinado, favoreciendo así, en esta organización formal, el diferencial entre una toma increíble o una toma mediocre, es decir, sin mayor relevancia al ojo ni a la percepción de la imagen.
Aquellos que hayan asistido a la teórica sobre fotografía, seguramente han visto que el acto fotográfico usualmente no es azaroso, sino que en ese instante, convergen muchísimas decisiones conscientes que pueden llegar a producir una fotografía realmente memorable.
Para poder abordar estas decisiones correctamente, en este artículo veremos aquellas reglas de composición que la fotografía hereda directamente de las artes pictóricas y escultóricas de composición previas al siglo XIX, como así también la Teoría de la Percepción elaborada por la Escuela de la Gestalt y sus famosas Leyes que profundizará desde principio del siglo XX la percepción del ojo humano tal y como comprendemos la imagen bidimensional en la actualidad.

¿Qué sería entonces la composición fotográfica?

La definición quizá más completa a la que en un principio podremos arribar (y que será la que utilizaremos de ahora en adelante) es la que describe la composición como la “Formación de un todo o un conjunto unificado, uniendo con cierto orden una serie de elementos.” a lo que al tema fotográfico podríamos sumar: para acentuar las partes que componen una imagen, para sustentar y enfatizar el mensaje que se pretende transmitir en una toma fotográfica.


“Formación de un todo o un conjunto unificado, uniendo con cierto orden una serie de elementos para acentuar las partes que componen una imagen, para sustentar y enfatizar el mensaje que se pretende transmitir en una toma fotográfica.”

De esta forma, ya podemos comenzar a entrever de qué se trata todo esto. No sólo estamos hablando de objetos y orden, sino también de cosas específicas de la intencionalidad de la imagen: de retórica y de todos los elementos que sustentan el cuadro fotográfico, de lo que debe estar o no estar, de equilibrio y desequilibrio, de color, forma, de tamaño, posiciones y texturas.
Así, la fuerza real de la imagen fotográfica radica en la creación de la misma, es decir, en su composición. Componer es igual a crear y decidir qué ingresa en el cuadro es igual de importante que decidir aquello que se deja por fuera de este mismo cuadro.

 

Una breve introducción a la Percepción Visual

[…]Hemos visto que, verosímilmente, el código de connotación no es ni “natural” ni “artificial”, sino histórico, o si se prefiere “cultural”. En él los signos son gestos, actitudes, expresiones, colores o efectos, provistos de ciertos sentidos en virtud del uso de una cierta sociedad: la relación entre el significante y el significado, es decir la significación, es, si no inmotivada, al menos enteramente histórica. Por consiguiente, no puede decirse que el hombre moderno proyecte en la lectura de la fotografía sentimientos y valores caracterológicos o “eternos” , es decir infra o trans-históricos, más que si se precisa con toda claridad que la significación es siempre elaborada por una sociedad y una historia definidas; la significación es, en suma, el movimiento dialéctico que resuelve la contradicción entre el hombre cultural y el hombre
natural.[…]
Roland Barthes – El mensaje fotográfico. Pág. 62.

En la percepción visual intervienen, a grandes rasgos, dos conjuntos de procesos interpretativos de la imagen. Por un lado se encuentra la capacidad exclusivamente fisiológica-biológica que posee el cerebro para interpretar estímulos provenientes del ojo.
Es un proceso constante que realizamos miles de veces por día en donde el cerebro selecciona y discrimina información según su grado de relevancia. En este análisis se encuentran la luz, los volúmenes, la profundidad, el contraste y la interpretación de las distancias; que posibilita por ejemplo, que no nos caigamos por un barranco con facilidad sin que hayamos comprendido previamente su peligrosidad.
Por otro lado, además de este proceso fisio-biológico que acabamos de desarrollar, podemos hablar de la otra gran vía interpretativa: La psicológica-cognitiva.
En este otro gran conjunto intervienen por ejemplo, la interpretación de los colores, el reconocimiento de los objetos, los patrones y los signos; el entendimiento de un contexto que está asociado exclusivamente, como dice Barthes, con la “cultura”.
Como podremos deducir de la cita, la percepción de la imagen se encuentra subordinada a la construcción que la sociedad comprende como cultura y que individualmente replicamos mediante nuestra historia, nuestros recuerdos, intereses, educación, motivaciones personales, comprensión histórica, etc. Cuando observamos una imagen, no sólo leemos esa imagen, la interpretamos con un “filtro” que se encuentra directamente atravesado por la cultura a la que pertenecemos, asociado a nuestras sensaciones y a nuestras vivencias personales. Se trata de una construcción subjetiva de comprensión.
Esta última vía de percepción comenzó un amplio desarrollo luego de que surgieran las primeras escuelas de psicología de la mano de Wilhelm Wundt y de Sigmund Freud a finales del SXIX, posibilitando el surgimiento de un estudio formal en la percepción visual que sentó las bases hasta la actualidad, finalizando en parte, con la antigua forma pictórica de composición y creación de imágenes regida por la composición lógico-matemática tradicional.
Entre el primer y segundo decenio del SXX, la Escuela de psicología de la Gestalt (palabra que significa configuración o estructura en alemán) se centra exclusivamente en el estudio y la comprensión de los fenómenos que intervienen en la percepción de las imágenes, a partir de uno de los medios más dinámicos y revolucionarios que estaban surgiendo: el cinematógrafo.
El Fenómeno Phi (una ilusión óptica convencional de movimiento como las que vemos en las redes) y el fenómeno de la Persistencia Retiniana (la interpretación del movimiento en una sucesión de cuadros estáticos) fueron los que impulsaron las investigaciones posteriores.

 

La percepción gestáltica

La sucesión de varias imágenes estáticas entendidas como un movimiento único, es uno de los conceptos en los que se apoyará la Gestalt para explicar la mayoría de sus principios: el todo será mucho más que la suma de sus partes.
En el campo de la imagen fotográfica, si bien cada una de los elementos compositivos individuales de la imagen tiene su significado propio, en conjunto este mismo significado puede cambiar y así generar en la percepción, un salto de comprensión e interés muchísimo más significativo.

 

• Principio de Sujeto y de Figura-fondo
Tanto el Principio de Sujeto como el Principio de Figura-fondo están íntimamente emparentados y son de los principales conceptos a tener en cuenta. Quizá parezca algo evidente y hasta obvio, pero a la hora de componer, muchas veces podemos no tomarlos en cuenta.

El Principio de Sujeto o de Centro de Interés (como se le suele llamar coloquialmente en fotografía) consiste en saber qué es lo que vamos a fotografiar y en base a eso, delimitar correctamente nuestro sujeto/objeto. Usualmente, el cerebro tiende a agrupar los elementos como un todo y resulta necesario definir lo que resulta de interés para el cuadro. Las técnicas fotográficas que podremos utilizar para favorecer esta situación pueden ser el  desenfoque o Bokeh y de misma forma, una correcta delimitación entre la figura a fotografiar y el fondo de la misma.

Delimitación de contraste entre fondo y figura. PH: Robert Mapplethorpe

 

Delimitación por desenfoque o “bokeh”. PH: Brant He. Fageraas

 

• Principio de Concisión o Simplicidad
Las formas geométricas simples son las que percibimos con mayor facilidad, entre ellas encontramos el círculo, el cuadrado y el triángulo. La comprensión de lo fotografiado resulta impactante por la fácil lectura dentro del proceso perceptivo, reduciendo ambigüedades y evitando la polisemia.

 

Utilización de formas simples. PH: Alekseya Menschikova

 

• Principio de proximidad
Este principio se genera por la repetición secuencial de elementos en base a la distancia que los separa. El cerebro comienza a agrupar los elementos cercanos favoreciendo que se vean como una unidad, independientemente del tamaño y espacio que ocupen.

Independientemente de su forma, las ventanas se verán como una sola. PH: Jaime Viñas

 

• Principio de semejanza
Este agrupamiento es similar al anterior, pero en vez de la repetición de distancias, se da por la semejanza formal entre los elementos que componen el conjunto. La semejanza entre las unidades del grupo se dará por características formales como el tamaño o el color. Este ejemplo, contiene ambas.

Más allá de sus características formales, los elementos se interpretarán como un conjunto. PH: Peechaya Burroughs


• Principio de continuidad

Es lo que informalmente en fotografía se denomina como Ritmo y se encuentra ligado al concepto del Principio de Continuidad desde la regularidad de la reiteración. Los elementos que posean una dirección o un patrón que se repita, se simplificarán agrupándose también, en conjunto.

Aún si se los elementos se encuentran separados, se interpretan debido a su repetición. PH: Robert Doisneau

 

• Principio de Simetría
La simetría es otra de las simplificaciones cognitivas de la percepción. Los elementos simétricos se comprenderán como uno solo, siempre y cuando esa simetría sea regular, estable y sobre todo, simple.

Doble interpretación simétrica en representación y su reflejo PH: Manuel Alvarez Bravo


• Principio de Cierre

Por último, pero quizá uno de los más significativos, es el Principio de Cierre, la percepción tiende a complementar lo que resta de imagen, generando nuevamente, la interpretación de la totalidad del conjunto de elementos.

Aún reconociendo que existe espacio negativo, podemos “cerrar” el contorno de la figura. PH: Lucien Clergue

 

Reglas de Composición heredadas de la composición pictórica.

Cómo pudimos ver en la teórica de fotografía, muchos de los ejemplos de la Escuela de la Gestalt comparten una estrecha relación con la composición pictórica y ésto no es casualidad teniendo en cuenta que el desarrollo de la representación pictórica posee un progreso que se puede contabilizar en miles de años.
La tradición occidental de representación a partir del Renacimiento en el SXVI y SXVII, enarbolará el racionalismo matemático y la geometría en la representación de los elementos, como así también la definitiva interpretación de la perspectiva como elemento de composición predominante.
Posteriormente, de la mano del movimiento pictórico Barroco de los siglos XVII y XVIII, el arte de representación realista alcanzará uno de los puntos más evolucionados y complejos: las formas comienzan a definirse principalmente por el color, el movimiento, la luz y las perspectivas; complementando y amplificando el desarrollo del estilo clasicista occidental.
Aquella tradición en la representación es la que heredamos de las escuelas europeas y que aún hoy en día empleamos para concebir el mundo. Utilizamos reglas que junto a las anteriores, sustentan la composición no solo de la fotografía, si no también, de la mayoría las artes gráficas, desde libros afiches o revistas, hasta el desarrollo de medios de representación más actuales como las pantallas y las interfaces gráficas de usuario.
Contemplar, entender y naturalizar conceptos como el de la perspectiva, la profundidad, el color, el contraste o el manejo de la luz, aún desde la referencia de los grandes pintores, nos puede ayudar muchísimo en la realización de composiciones contundentes e interesantes.

 

• Regla de los Tercios
La regla de los tercios es posiblemente la regla más utilizada a la hora de componer. El ejercicio de la regla implica dividir mentalmente la imagen en 3 partes iguales, colocando en un cuadro dos líneas imaginarias equidistantes, tanto verticales como horizontales. La intersección de las líneas producirán cuatro puntos denominados Puntos Fuertes o Principales de Interés en la imagen. Los elementos que se encuentren mínimamente alejados del centro del cuadro, resultan más placenteros y más naturales para el ojo, que aquellos en donde el objeto o sujeto figura justo en el medio, dividiendo simétricamente la imagen.
Cabe destacar que las proporciones utilizadas en esta regla no son azarosas: cada Punto de Interés es una simplificación del punto de finalización de la Proporción Áurea, una de las formas clásicas y más importantes de composición.

Susan Sontag ocupa el tercio superior-inferior derecho y no el centro del cuadro. PH: Annie Leibovitz

Uno de los errores más comunes en las composiciones, es la relación de esta regla con respecto al horizonte. El horizonte debería estar casi siempre sostenido por alguna de las dos líneas horizontales. El casi siempre se debe a que debemos acatar esta regla siempre y cuando el horizonte sea uno de los elementos predominantes de nuestra composición.

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Horizonte ocupando la línea de tercio inferior. PH: Alik Griffin

• Composición mediante líneas y flujo
Las líneas son uno de los elementos compositivos más eficaces. Principalmente se hace utilización de ellas cuando es necesario dirigir la mirada del lector de la fotografía, transmitiendo recorridos, direccionalidad y energía. Las rectas aportan rigidez, mientras que las curvas suelen provocar sensación de dinamismo.
El flujo por otro lado, es el recorrido de desplazamiento del ojo de una parte de la fotografía a otra. En este caso es facilitada por nuestra lectura natural (de izquierda a derecha) y por la sensación de divergencia hacia la esquina inferior derecha. El flujo también, puede estar construido mediante líneas horizontales, verticales, diagonales, convergentes o divergentes. El ejemplo más claro es el de las líneas de perspectiva simple, que fugan a un punto común.

En este caso las líneas diagonales favorecen una interesante lectura de izquierda a derecha. PH:Alexander Rodchenko

• Elementos de repetición
Ya vimos que cuando los elementos que se encuentran repetidos, el cerebro los suele agrupar como uno solo, principalmente en los principios de continuidad y semejanza. Esta regla resulta similar, aunque ésta apunta al entendimiento de un patrón o textura casi constante. La verdadera potencia de este tipo de composición, sin embargo, surge cuando la repetición formal se encuentra con una contradicción.

PH: Fundamentalista de Ciudad

• Contraste
Este recurso de composición nos resulta útil para diferenciar espacios diferentes de color, sujeto-objeto o figura-fondo mediante su delimitación. La diferencia puede ser entre blanco y negro para definir la diferencia entre luminosidad entre las partes más claras y más oscuras de nuestra foto (claroscuro), o mediante la demarcación de colores complementarios.

Contraste de colores entre paleta cálida y fría PH: Dmitri Popov

• Espacio negativo
El recurso del espacio negativo es poco utilizado pero es muy eficaz cuando se aprovecha eficazmente. Consiste en favorecer la percepción de un espacio amplio, dejando aire en gran parte del cuadro. Esto nos obliga a alejarnos del elemento central de la imagen. Este recurso, además de simular un espacio vacío también permite transmitir información adicional de soledad, aislamiento o tranquilidad.

PH: Magdalena Roeseler

• Enmarcado Natural
El recurso de enmarcado natural o del cuadro dentro del cuadro consiste en reutilizar elementos constituyentes del encuadre original, para reencuadrar nuevamente el objeto-sujeto. Cualquier elemento que «encierre» el centro de interés nos permitirá enmarcar la foto nuevamente, dirigiendo la atención hacia el elemento deseado. El resultado de esta operación genera una enorme potencia en la imagen porque acentúa los rasgos, recorridos y contrastes de la imagen original.

PH: Rui Veiga

• De número impar
Esta regla se encuentra en oposición a la de simetría. Como ya vimos, los elementos que se perciben simétricos se entienden como una unidad. Análogamente al fotografiar elementos contiguos que no poseen las mismas características formales exactas, se interpretan como dos diferentes y generan una sensación estática. Para evitar esto, podemos utilizar agrupamientos de número impar; idealmente, de tres o cinco elementos.

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PH: Sally Mann

• De lectura en S
Las lectura en forma de S es una de las composiciones recurrentes en la fotografía. Se caracteriza por transmitir movimiento y dinamismo, ayudando a conducir la mirada al igual que las líneas rectas. Resulta un elemento visual muy potente que produce interés de lectura obligatorio en la toma.

PH: Teck Boon Lim

 

Breve conclusión

En definitiva, componer una fotografía requiere de varias decisiones previas a la toma de la imagen final. Sin embargo, interpretar y haber seguido correctamente estas reglas no siempre asegura un resultado satisfactorio, sino que cubre parcialmente la base para el aprendizaje de uno de los varios aspectos técnicos de la fotografía.
Lo importante es realizar un aprendizaje consciente en conocer y reconocer el momento en el que estas situaciones se presentan, porque mediante la observación y el recuerdo podremos encontrarlas cada vez, con más facilidad.
Crear la imagen significará Pensar la imagen con anterioridad.

 

“Ten muy presente que tu enfoque determina tu realidad.” – Yoda

 

Algunos enlaces de interés

La obsesión clásica de Robert Mapplethorpe en la composición (en inglés)
Geometric Shots App: Referencias de composición en el cine