Por Juan Ignacio Roldán Nieva

En la finalización del trabajo de historieta expandida, considerando todas las complejidades y retos que este trabajo conlleva, la gran cuestión de la expansión no resulta menor a la hora de plantear las directivas iniciales del proyecto. Las expansiones de la historieta recorren áreas que se encuentran en estrecho contacto con las instalaciones artísticas y el concepto que se piensa desde el comienzo del trabajo. Es una relación entre diseño, historieta, relato, personajes, lectura, espacio, interacción, interfaz y sobre todo concepto.
Este espacio exhibirá un mensaje, un relato que pasó por una metodología que piensa y contiene al destinatario, integrándolo de una forma dinámica y pedagógica. Convirtiéndolo en un vehículo de interrelación, una vía de comunicación y de diálogo mediante una expresión hasta el momento inédita, abierta y pensante con la finalidad de romper ese esquema tradicional de acercamiento al medio.

«Estoy interesado en las ideas, no simplemente en productos visuales»
Marcel Duchamp

 

Violence is the illustration of a pathetic stereotype. – Barbara Kruger (1986)


Las instalaciones espaciales de expresión artística comenzaron a ser rupturistas,
de vanguardia, teniendo al dadaísmo y en Duchamp a su principal exponente. Fueron una respuesta contestataria a la tradición artística del momento, a la institución del arte, una crítica directa a lo que se consideraba arte, al objeto artístico físico, coleccionable, elitista. Hacia los años sesenta este tipo de expresión encontró su punto más álgido y diversificado de expresión en exponentes como Yves Klein, Barbara Kruger, Bruce Nauman, Nam June Paik o en la local Marta Minujin.

Las instalaciones invitan a la reflexión, a la subjetividad y apelan a la incitación casi inmediata del asombro, la singularidad o a la polémica.

 

«Contra toda opinión, no son los pintores sino los espectadores quienes hacen los cuadros»
Marcel Duchamp

 

Zapatos rojos y género

En este sentido, además de los consagrados artistas que recomendamos investigar, resulta imperioso para la temática de género que estamos tratando este año, destacar el trabajo de la artista mexicana Elina Chauvet, que con su muestra “Zapatos rojos” logró evidenciar a nivel internacional los femicidios y desapariciones forzadas de mujeres en Ciudad Juárez.
Siendo los zapatos una forma de reconocimiento que resultaba útil en los comienzos de las investigaciones policiales, los zapatos cobraron una fuerza de connotación superlativa. La instalación comenzó en Ciudad Juárez, después de que la autora notara la enorme cantidad de carteles de búsqueda de mujeres desaparecidas. Poco a poco comenzó a extenderse a otras ciudades que si bien no tenían específicamente la dimensión de la problemática local, también conservaban aspectos de violencia machista. Consiguiendo así, visibilizar a las mujeres desaparecidas y asesinadas desde lo objetual del calzado.

Desde 1993 Ciudad Juárez se ha convertido en un centro de femicidios en México. Mujeres jóvenes a partir de los 15 años se ven obligadas, por su vulnerabilidad social, a trabajar en fábricas que producen artículos de exportación. Mayoritariamente de capitales estadounidenses, se instalan en México para conseguir una mano de obra barata.

La explotación laboral, las contrataciones precarias,  los nulos derechos laborales y gobiernos cómplices han favorecido una sistemática red delictiva que asesina, tortura, viola y desaparece mujeres. Las cruces rosas que portan parientes y amigos de las víctimas se ha convertido en un símbolo de lucha a nivel internacional.

En 25 años se contabilizan alrededor de 1800 femicidios en Ciudad Juárez.

 

“Zapatos Rojos es una instalación de arte público, una reflexión contemporánea que conceptualiza la violencia hacia las mujeres, sensibiliza desde el punto de vista objetual que representa el zapato como prenda testimonial de una desaparición.”

 

Referencias

Página del proyecto Zapatos Rojos Arte Público